domingo, 13 de enero de 2019

Tiempos modernos

En pleno siglo XXI con avances en muchas areas a cada momento, en cada segundo crecen e interactúan los seres humanos esperando poder alcanzar el desarrollo propuesto desde el modelo productivo.

Modelo que por cierto fomenta la producción y la reproducción de las especies en función de garantizar la competitividad del modelo con engranajes de carne y hueso, determinados a priori respecto de la función o gestión que deban realizar.

Es en éste sentido, los humanos también nos movilizamos por diferentes situaciones, no solo las relacionadas con el éxito material, tambien tenemos  una necesidad de satisfacción, ligada a lo experiencial, muchas veces centrado en lo espiritual, que conlleva otros procesos, por decirlo de alguna manera, influyentes al punto que marcan el desempeño social de los espiritus.

Es el espíritu, eso inexplicable desde la ciencia que está atado a lo sensorial, a lo perceptivo, a lo pristino de la existencia humana...al placer.

Los horarios, las cuentas, los sueldos, las redes sociales, los medios, el stress reciente de forma casi irreversible la vida de los seres, la sensorialidad y la búsqueda del placer, dejandolo relegado a un plano secundario, a la espera de las sobras de una temporalidad modificada, una especie de transgenesis involutiva..

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