viernes, 22 de abril de 2016

Pobre leo siculeo..

Hay del pobre leo que hace un rato no lo veo
la ultima vez que hablamos salio hecho un peo
siempre recordamos al amigo leo
que dice una y otra vez
si culeo, no chateo
porque si chateo me veo y si pillan la conversa me va feo

pico de oro es mi apodo y a guachita rica que veo
me la cuenteo, soy chileno, lana weno pal webeo
y de sonrisita en sonrisita a lo oscurito me las lle´o
y despues de hacer la cochina, las cuenteo

Un dia le llego la pela y de verda´que la vio feo
porque se supo too el engaño y del webeo
hasta las compras le hicieron al pobre leo
que entre webeo y webeo hasta en una lapida termino el leseo
fondeao y apagao hace unos dias anda el compadre leo
esperando que termine el leseo
si quedo igual que el niño que en el colegio se cagó
y al otro dia todo el colegio lo webeo;
le gritaban niño peo, una y otra vez
y el pobre leo que debe plata por webeo
haga lo que haga y pase lo que pase
todos le gritan en la calle
wena leo, si culeo no chateo..



martes, 19 de abril de 2016

Me perdí..

Recuerdo que cuando era pequeño, una vez me perdí, tenia casi 5 años y era un fin de semana de otoño, siento aún el frío de aquella tarde en mi piel y mis pequeños ojos tenían en ese momento la obsesión de seguir a mis hermanos, pues ellos eran grandes y podían caminar sin problema, yo daba mis primeros pasos pero de pequeño ya quería ir a otros lugares, conocer y en ese deambular, siguiendo a mis hermanos subí por una calle que se llama la capilla hasta unas canchas.

Nunca sentí miedo y tampoco extrañé a mis padres, porque la verdad no era mala la sensación, solo quería encontrar a mis hermanos y sentirme parte de ese grupo de gente mayor en un mundo donde no habían mas niños pequeños.

Cuando llegué a las canchas, lo primero que pensé fue en tomar un bus hacia mi casa, el gran problema era que sabia solicitar la parada de un bus, pero mi ubicación me jugó una mala pasada, estaba a punto de tomar un bus en la dirección contraria, definitivamente no sabia medir riesgos.

El chofer del bus me preguntó: ¿Donde va mi amigo?, a lo que respondí, "voy a mi casa", en el momento que termina este dialogo solo siento que alguien me toma por la espalda y con voz femenina le dice al chofer, que no tomaría el bus.

Luego aparezco en una casa, había mucha gente, obviamente mas adultos y no habían niños otra vez, nuevamente tenia que tratar de igualarme con los adultos, en tanto al pasar el tiempo allí me producía agrado, recuerdo que habían dos adolescentes muy gentiles conmigo, además de la mujer que me llevó allí y recuerdo al padre de familia y un familiar de ellos.

Ellos vendían arena que extraían del río mapocho, gente de mucho esfuerzo, lo cual comprendí con el tiempo, en ese momento solo quería divertirme y sentirme parte de un mundo de adultos al cual inexplicablemente quería pertenecer.

Mientras tanto mis padres iban de comisaria en comisaria dejando constancias de mi extravío y a modo de contextualizar, ese día era el bautizo de mi padre y me perdí cuando justamente el recibía el bautismo de parte del sacerdote y mi madre, en ese pequeño fragmento de tiempo, yo había decidido realizar mi aventura y aclaro que solo fue un accidente, mis padres siempre han sido muy responsables de mi.

La señora que me encontró no quería dejar constancia de que me había encontrado y probablemente hoy tendría otra vida, no se si mejor o peor, pero algo que es contundente, es que hubiera sido distinta, pero una vecina de ella le sugirió que diera aviso a la policía y así evitaría un problema.

Pues ella, después de discutirlo en familia, donde yo era testigo de todo, decidió dejar constancia de que me había encontrado; de eso ya habían transcurrido unas horas, y en ese sentido recuerdo frases anecdoticas de este niño que jugaba a ser adulto.

Lo primero fue responder a mi nombre, dije Jose Villagrán Maradona (era Barahona, pues no soy un crack del fútbol y menos familiar del cebollita), después de las risas, recuerdo al señor que estaba en casa, el bebía vino y era muy alegre, en un momento recuerdo que me pregunta: ¿Y usted amigo, toma vino? a lo que respondí "clarooooo.. tomo vino con mi papá¡¡¡
Las risas fueron totales, porque lo peor de todo es que era una mentira y si bien mi papá tomaba alcohol, jamás nos dio alcohol pero yo quería ser adulto y por eso respondía cualquier cosa.

También me decía que le diera un beso a una de las adolescentes que había en la casa, lo que hice sin problemas ante la risa de todos.

Después de muchas risas, alguien llamó a la puerta, resultaba ser mi madre que venia por mi ante el aviso de carabineros, al salir tenia que reconocer  a mi progenitora pero por una graciosa razón reconocí al tío luis, quien era el transportista escolar del barrio y al ver su furgoneta, exclamé "tío lucho, viniste a buscarme en el auto".

Después de eso, mi madre me abrazo entre llantos y alegría, la verdad es que yo no entendía mucho pero sabía que era hora de volver al hogar y con ello se acercaba el fin de la historia.

Recuerdo aun el frío de ese día, ya era de noche y había arruinado la fiesta, ya no había nada que celebrar, pues mi aventura infantil, había movilizado a todo mi universo próximo, al llegar a casa recuerdo el umbral de la puerta de la habitación de mis padres, al abrirse veo a mi padre, que al igual que mi madre, eran las personas mas firmes y estoicas que conocía hasta ese tiempo, esta vez destrozados, llorando y fundieron sus cuerpos en un abrazo en mi, no entendía que había pasado, yo solo pensaba que había ido de viaje..