viernes, 22 de marzo de 2019

La golpiza

En una tarde de marzo previo a su cumpleaños, Sergio pensaba que todo marchaba bien, que la vida le sonreía a su manera, que su actuar se había hecho una constante en su vida y que ya nada pasaría, por lo menos nada que afectara su estabilidad, corpórea y espiritual...

Mientras preparaba la cena de aquel día, suena el timbre en su piso, y lo habitual es de esperar que arribara su compañera o algún vecino para solicitar un favor, pero ésta vez todo seria diferente; tal vez marcaría el inicio de su cambio de vida, ya que al abrir el umbral llego sin previo aviso una golpiza tal vez en su memoria emotiva, nunca antes vivida, violenta, intempestiva, voraz con cada uno de sus golpes, lo que no daba razón a preguntas y otras, pero estaba allí, golpeando una y otra vez sin parar como si siempre hubiere sido ese el objetivo, no dar capacidad reactiva a Sergio, absorbiendo todo ese dolor en segundos, mientras su cerebro no lograba salir del shock, petrificado con la convicción del ejecutante, dando golpes una y otra vez como si fuera la final del campeonato de boxeo, no dando pie a la reacción.

Mientras eso ocurría en la cabeza de Sergio o en parte de lo que operaba a esas alturas, surgían palabras y preguntas como vomito  incontenible ¿Quién soy? ¿Qué ocurre? ¿Por que a mi? ¿Qué hice? ¿Qué no hice? ¿Viviré? ¿Cuándo acaba?...

En ese momento cuando sentía que literalmente su corazón reventaba cesó¡¡¡ y se retiró sin hablar, sin mediar la mirada, como si ya no hubiera mas que hacer, ya que la golpiza se había concretado..

Sergio atónito y preocupado a la vez buscaba razones para lo ocurrido y no lo entendía, mirando el cuarto en su cama, como buscando la respuesta en el espacio, más aun cuando daba la vuelta y estaba allí, durmiendo con una calma extraña, el golpeador y su figura, en paz, como si nada hubiera ocurrido, como si su golpiza verbal no hubiera causado daño, y en ese dialogo, como la espada de Damocles sin saber que eran ahora, en el mundo...


domingo, 13 de enero de 2019

Tiempos modernos

En pleno siglo XXI con avances en muchas areas a cada momento, en cada segundo crecen e interactúan los seres humanos esperando poder alcanzar el desarrollo propuesto desde el modelo productivo.

Modelo que por cierto fomenta la producción y la reproducción de las especies en función de garantizar la competitividad del modelo con engranajes de carne y hueso, determinados a priori respecto de la función o gestión que deban realizar.

Es en éste sentido, los humanos también nos movilizamos por diferentes situaciones, no solo las relacionadas con el éxito material, tambien tenemos  una necesidad de satisfacción, ligada a lo experiencial, muchas veces centrado en lo espiritual, que conlleva otros procesos, por decirlo de alguna manera, influyentes al punto que marcan el desempeño social de los espiritus.

Es el espíritu, eso inexplicable desde la ciencia que está atado a lo sensorial, a lo perceptivo, a lo pristino de la existencia humana...al placer.

Los horarios, las cuentas, los sueldos, las redes sociales, los medios, el stress reciente de forma casi irreversible la vida de los seres, la sensorialidad y la búsqueda del placer, dejandolo relegado a un plano secundario, a la espera de las sobras de una temporalidad modificada, una especie de transgenesis involutiva..